El día del hasta nunca
me tatuare un sol pálido
apunto de congelarse
y de dejar viuda a su luna.
Olvidare que aparte de
plasmar un par de locuras
con mis manos también me
servía para chequear tus paisajes.
Mis ojos al igual aquel sol
irían apagando su brillo natural
y un daltonismo sin precedentes
seguramente se apoderaría de mí.
Después de todo eso y más que seré
sin lo que me trasmite el sol
sin el recorrerte que me inspira y
sin mi imaginación por mi mala vista.
Me pregunto si volveré hacer el de antes
yo lo dudo, por que contigo todo
cambio sus sentidos de ser y a la vez
sin consultar me cambio a mí.
viernes, 26 de diciembre de 2008
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