viernes, 26 de diciembre de 2008

Muertos sin fallecer

El sombrero nuestro
fue usurpado
la paz parcial acabo
con el paisaje y las
casas de las especies
por órdenes
que con variedades
de venenos
los iban sintiendo al
recorrerles
a ellos todas las pieles
infectadas
por el polen de todas
las verdades
y de todas las pupilas
que lloraban
al no saber si aclararía
el día después
del presupuestar a los
que ayudaron
con sus colaboradores
al poner a funcionar
al creador
para que no fuera solo
un divino
espectador que sirviese
de consuelo
para llevarse a su lado
al guerrillero
al árbol, al agua, al pez
o hasta el zope
que en su atestiguar fue
haciéndose
tempestad que aclarara
en amanecer
al ayudar hacer que acabe
el eclipse
y que los que han tapado
cada uno de ellos
el bombillo incambiable
con sus dedos
y han pensado hacerlo
con las manos
mutiladas de las mujeres
que sin chinear
el rayo que esta en todas
sus entrañas y que
ansia mostrar mucha luz
en la patria
que amamanta sin siguiera
haberla parido y
con las palabras del hombre
con quien se amo
antes de partir a la montaña
y aquel jurarse
encontrarse después del
triunfo y no volver
a sentir el aire condensado
por el gris de dolor
que opacaba los vuelos
sin ninguna ala
de aves que les cagarian
de justicia
y que lo único que verían
nublados
fueran sus ojos al enflorar
a los compañeros
aparecidos con sus almas
en otro espacio
y sus ideas esparcidas
evitando
quemas como la del napal
y erosiones
muriendo pero sin fallecer
en la aventura
que llamaron hasta el tope.

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