viernes, 26 de diciembre de 2008

30 de octubre 90.

No hay hechas sin muerte
pero no existe con el peso
que provoca esta inmensa
inundación no solo de odio
y tristeza como es la tuya.

Los años se estancaron
porque no asesinaron
tu recuerdo escrito con
sueños de vida nueva
de amores merecidos.

Tu perdida la sentimos
como si fueran de mil
caídos por cada poema
realizado y por los que
estabas listo para parir.

Te apodo desaparecido
hemos de encontrarnos
después de ajusticiarme
por cualquier universo
no liberado de un dios.

Ojala no haya necesidad
de recordarte mi faz para
el día que me toque partir
de esta caldera fría seas
tu el de la primer palabra.

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