La vida lleva en las narices la muerte
oportuna o merecida quien sabrá
la muerte llevaba en su primera vida
impuesta y sin ningún consentimiento
un exilio más desde el exitoso ultimo
encontrado por encender esperanzas
un grandioso exilio
más bien destierro
auto-gestionado como el de la hermana
que solo lo ha soportado por saber
de dulces armas con labios de balas
que les acariciaron sus pechos
-de oficios prácticos-teóricos-
y que a menudo les recuerda que
la muerte lleva sus narices vivas.
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